Estoy harto de vivir encerrado tantos años en esta oficina, mi compañía son sólo tres sillas, una televisión y un estante; son nulas las visitas agradables que recibo. Cuando no son quejas son intrigas las que siempre escucho. Soporto oficios, algunos libros, una taza de café (que nunca falta) y un tazón de dulces. Inmóvil, me resigno a mi prisión junto con este inepto monigote, eterno e inseparable compañero, con su cara manchada por la bilis que derrama a cada instante, temeroso de todos y de todas. Se ha caracterizado por tomar decisiones equivocadas; siempre esperando una orden o una llamada telefónica de sus superiores a quienes denomina... ¨ Los de arriba ¨ ¡Pobre imbécil!, si yo pudiera hablar, su ineptitud me hace sentir una gran impotencia, pues ignora el daño que hace, aún cuando muchos se lo dicen, ya alguien le pidió su renuncia pero tiene oídos sordos; pero... ¿qué puedo hacer yo?, no tengo la posibilidad de expresarme. Cuánto me gustaría poder responderle cuando por su incapacidad me pide un consejo, ¿qué podría decirle yo?Tal vez sea una buena persona, en el fondo…muy en el fondo, posiblemente sea la ¨bondad andando¨, bueno más bien, sentada.En realidad preferiría un compañero o compañera que aunque fuera como él, malvado, pero con un mayor grado de inteligencia; tal vez sea un servidor público o el directivo perfecto, sin iniciativa propia y que sirve ciegamente al de arriba (y no me refiero a Dios, sino a uno más abajo).A pesar de todo, con él he aprendido (aunque nunca lo ha dicho), que si la cabeza no está bien, el cuerpo tampoco lo está, o como dice la frase célebre anónima “demuestra que cuando las cosas no van bien, es capaz de hacerlas peor”, pero creo que ni siquiera lo malicia, ni está conciente de su responsabilidad en este puesto.Aquí viene otra vez esta mujer con su mismo ropaje color bugambilia (si puede llamársele así). Ya oigo su cascabeleo y su amarga risita. Sólo falta que ponga su grasoso trasero sobre mí a depositar su dosis cebollazos y alabanzas para el chief, y por otra parte las intrigas y veneno diario en contra de sus compañeros de trabajo; Sin duda este inepto le hará caso y no tardará en llamar a alguien para reprenderlo sin investigar antes.Estoy empachado de ambos, me gustaría que él cortara los hilos que lo manipulan, siento que tenemos ya mucho en común, me siento contagiado de su maldad y arrogancia; depende de mí para todo. Soy su escudo protector, su gran trinchera.Doy gracias a mi creador por no me haya dotado de conciencia, aunque con todo lo que presencio diariamente, he adquirido una poca, pero sí, más de la que esta gente tiene. ¡Pero soy sólo un mueble!Estoy aquí, igual que mi inepto compañero; Él esperando su despido y yo aguardando causar baja por mis años de servicio, aunque a pesar de todo, soy un mueble hecho de buena madera.Cambiar de dueño es mi esperanza, probar un ambiente positivo, aunque fuera ir a parar un cubículo o correr el riesgo de terminar en un salón de clases pero… tal vez termine abandonado en un almacén o simplemente incinerado en una hoguera.
lunes, 9 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Wow muy fuerte
ResponderEliminary bastante cruda esta narracion
pero autentica y real segun veo
pero no dudo ni tantito
que ahi donde estas
eres importante y util
que mal por algunas personas de tu entorno
leerte es algo que no se puede hacer
con la conciencia o mente vunerable
es inevitable o darte la razon
o estar de lado contrario
por hoy te la doy
solo difieron
en que d seguro eres
especial e importante en tu centro de labores
o en ese lugar que aunque siempre
igual te permite desarrollarte
y sabra Dios
si las cosas serian peor
si no estubieras ahi
de seguro no falta alguien en tu entorno
que dia con dia te regale una honesta sonrisa
saludos y que estes bien